A menos de un mes de que se realice este encuentro en Marruecos, las economías del mundo se preparan para mostrar qué han logrado a un año de la simbólica COP 21 en Francia y su posterior “Acuerdo de París”.
Si la principal característica de la COP 21 -que se realizó en diciembre de 2015 en París-, fue el simbolismo de los compromisos, a un año de ese hito, la COP 22 en Marrakech (Marruecos) tendrá como norte el pragmatismo.
La próxima cumbre internacional sobre el cambio climático, que se llevará a cabo entre el 7 al 18 de noviembre al noroeste de África se enfocará en cómo financiar los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) de países de diferente nivel económico para que la temperatura mundial no suba más de 2 grados Celsius, el objetivo principal del Acuerdo de París.
El mismo presidente de la COP 22, Salaheddine Mezouar, comentó la semana pasada, acerca del encuentro, que es una oportunidad para poner las voces de los países más vulnerables frente a los cambios del clima, en particular los países africanos y estados insulares. “Es urgente actuar ante estas cuestiones relacionadas con la estabilidad y la seguridad”, dijo, aclarando además que la reunión “debe ser una conferencia de la acción”.
La buena noticia es que ya se cumplieron las dos condiciones para que el Acuerdo de París entrara en vigor: que al menos 55 Partes (países) lo ratificaran antes de noviembre y que las emisiones de GEI de los países que ratifican sumaran por lo menos el 55% de las emisiones globales. Ambos términos se lograron el 5 de octubre, por lo que el acuerdo estará vigente a partir del 4 de noviembre, tres días antes de la reunión mundial en Marruecos. “La adopción del Acuerdo de París en 2015 fue sin duda un momento histórico, y su pronta entrada en vigor es igual o más histórica”, señaló Mezouar.
Habrá dos grandes líneas de acción en esta cumbre. La primera es el desarrollo de capacidades especialmente a través del apoyo técnico a los países vulnerables a los cambios climáticos. Y la segunda, obtener mecanismos de financiamiento por US$100 mil millones anuales para lograr las metas.
Por eso, incluso se organizó un evento paralelo entre filántropos e inversionistas privados de todo el mundo, para discutir durante esa semana cómo se pueden involucrar más aún las empresas. Se espera que participen entre 70 y 100 personas.
La estrategia chilena
Recién el 20 de septiembre Chile ratificó el Acuerdo de París y en consecuencia, se comprometió a su respectiva contribución de reducir sus emisiones de CO2 por unidad de PIB al 2030 en un 30% con respecto al nivel alcanzado el año 2007.
Pablo Badenier, ministro del Medio Ambiente, aclara que esta no es una COP donde los países mostrarán resultados respecto a sus compromisos. Por eso, esta cartera contempla por ejemplo, presentar en Marruecos el Segundo Informe de Actualización Bienal de Cambio Climático (2014-2016), “que resume el progreso más reciente de Chile en el avance de nuestra agenda climática, así como el Inventario Nacional de Emisiones de gases Efecto Invernadero 1990-2013”, explica el ministro Badenier.
Además, las autoridades chilenas, encabezadas por la Presidenta Michelle Bachelet -que ya confirmó su asistencia- participarán en actividades donde mostrarán las medidas en las que se está trabajando para la implementación de la contribución nacional. Entre ellas se encuentra el Plan de Acción Nacional de Cambio Climático 2017-2022, los impuestos verdes y la propuesta de Agencia de Cambio Climático.
“En términos generales, buscamos fortalecer la ambición y transparencia de los compromisos de los países para una implementación efectiva del Acuerdo. Nuestro ministerio continuará promoviendo el precio al carbono como un instrumento efectivo para la reducción de emisiones. Queremos también fortalecer la discusión sobre la necesidad de gestionar los contaminantes climáticos de vida corta como acción climática de corto plazo”, apunta Badenier.
Por su parte, Ricardo Irarrázabal, vicedecano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica y ex subsecretario del Medio Ambiente, agrega: “Adicionalmente, y condicionado a la obtención de aportes internacionales, el país se comprometió a una disminución entre el 35% y 45% respecto a los niveles de 2007, considerando el crecimiento económico”, comenta Irarrrázabal.
Para Jaime Ubilla, abogado experto en temas ambientales y socio del Estudio Jurídico Ubilla y Cía., Chile mostrará liderazgo en el avance de medidas preparatorias de implementación, lo que facilitaría la atracción de recursos y apoyo local e internacional para tal implementación. “Nuestro país se presenta como uno de los más avanzados, lo que podría incidir en la capacidad de atraer interés así como flujos de financiamiento a las actividades de implementación del Acuerdo de París”, dice Ubilla, y agrega: “Además, Chile podrá mostrar avances institucionales, gracias, por ejemplo, a la nueva Ley 20930 del Derecho Real de Conservación que facilitará la implementación tanto del sistema público como del sistema privado en esta materia”.
Pero una de las áreas clave para lograr la reducción es justamente el área energética y más específicamente, las renovables. Al respecto, Diego Lizana, director ejecutivo de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética, comenta: “Nuestra ubicación geográfica hace que estemos fuertemente expuestos a los efectos del cambio climático y esto refuerza nuestro compromiso por reducir nuestras propias emisiones y a demostrar liderazgo en llamar a los demás países a hacer esfuerzos importantes para combatir el cambio climático. Chile debiese ir a la COP 22 a reafirmar su compromiso con el cambio climático. De esta manera seguiría consolidándose como uno de los países de la región que más fuertemente ha avanzado en este ámbito en los últimos años”, señala Lizana.
Pero a pesar de que la Presidenta Bachelet ratificó el Acuerdo de París hace menos de un mes, aún no lo ha hecho el Congreso, lo que se espera que suceda antes del 4 de noviembre, día en que entrará en vigor.
Fuente: Hub Sustentabilidad